¿Quién quiere jugar conmigo?

...y entre vueltas del destino, torceduras del camino, laberintos, senderos, arroyos ríos y mares, nos iremos desenvolviendo. No hemos de atarnos a absolutamente nada, solo nos tomaremos del piolín cuando el viento nos invite a levantar barriletes. La vida es corta, la amistad un gran tesoro, la familia tu templo, tus experiencias tu historia. Aprovechemos a jugar mientras el corazón albergue a nuestro niño, aprovechemos y cuidemos a la pacha antes de que otros siquiera intenten arrancárnosla. No dejemos que nuestros tesoros, nuestros templos e historia sean corrompidos. Juguemos e invitemos a jugar a quien se nos cruce por el camino. Juguemos, somos niños! Las sonrisas son más efectivas y más baratas que un mal ceño.

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